martes, 15 de diciembre de 2009
Pinzón común
miércoles, 28 de octubre de 2009
Vega de Las Cruces
Vega de Las Cruces, en primer plano, y el Pinar de Tamadaba en segundo.
La vega está situada en las medianías del noroeste de Gran Canaria. El paisaje, prácticamente llano, con lomas de suaves pendientes y vaguadas que dan lugar a barranquillos abiertos y poco abrigados, lo conforman las tierras abandonadas cercadas por muros de piedra que se utilizaron durante el pasado siglo, básicamente, para el cultivo de cereales y legumbres y como lugar de pasto para el ganado.
Fue dominio del monteverde y posiblemente el pino canario estuviera presente de forma esporádica, así lo confirman algunos ejemplares de peralillos (Maytenus canariensis), barbuzanos (Apollonias barbujana), mocanes (Visnea mocanera), laureles (Laurus novocanariensis) y viñátigos (Persea indica) que crecen en el entorno.
La vegetación, actualmente, la componen herbáceas como el hinojo (Foeniculum vulgare), el balango (Avena barbata), la altabaca (Dittrichia viscosa) muy expandida durante los últimos años favorecida por los desbroces, la cardota (Galactites tomentosa), el cardo mariano (Silybum marianum), la alcachofa silvestre (Cynara cadunculus), la colleja (Silene vulgaris) etc. La retama amarilla (Teline microphylla), el escobón (Chamaecitysus proliferus meridionalis), el codeso (Adenocarpus foliolosus), la magarza de cumbre (Argyranthemum adauctum canariense) y el incienso (Artemisia thuscula) son las plantas arbustivas más frecuentes. Todavía quedan algunas piteras (Agave americana) plantadas con fines forrajeros en el pasado.
Triguero (Miliaria calandra)
La avifauna está representada por el aguililla (Buteo buteo insularum), el cernícalo (Falco tinnunculus canariensis), el búho chico (Asio otus canariensis), que aprovechan la abundancia de ratones y reptiles, la gaviota patiamarilla (Larus michahellis) se acerca de cuando para alimentarse de cigarrones, el alcaraván (Burhinus oedicnemus) es habitual y podría estar criando, la perdiz roja (Alectoris rufa intercedens), las codornices (Coturnix coturnix), cada vez más difíciles de observar, posiblemente por la falta de control sobre su caza, la paloma bravía (Columba livia canariensis), el mirlo (Turdus merula cabrerae), el alcairón (Lanius excubitor koenigi), el triguero (Milaria calandra), el gorrión chillón (Petronia petronia madeirensis), el bisbita caminero (Anthus berthelotii berthelotii), la curruca tomillera (Sylvia conspicillata orbitalis), el canario (Serinus canaria), el linacero (Carduelis cannabina), todos ellos presentes habitualmente; el cuervo (Corvus corax tingitanus), la abubilla (Upupa epops) y otros, visitan ocasionalmente la vega.
Del reino de los invertebrados es posible encontrar representantes de muchas familias, pero especialmente abundantes son los saltamontes, varias especies, y las mariposas del género Vanessa.
En los últimos años se ha repoblado parte de la vega y lomos colindantes. Para ello se han empleado especies que forman parte de la flora canaria desde hace mucho tiempo y otras traídas por el hombre durante los últimos siglos.
Faya (Myrica faya), brezo (Erica arborea), acebiño (Ilex canariensis), madroño (Arbutus canariensis), laurel (Laurus novocanariensis) y mocán son las plantas propias del monteverde usadas; el pino canario (Pinus canariensis) ocupa gran parte de la superficie plantada y el sao (Salix canariensis) fue utilizado en un barranquillo. Está última especie sufre mucho cada vez que queda sin riego porque en la zona no se dan las mejores condiciones para su desarrollo.
Se emplaron también especies arbustivas típicas de las medianías húmedas como el follao (Viburnum tinus), el tajinaste azul (Echium callithyrsum), el jazmín (Jasminum odoratissimum) y el Sonchus canariensis además de otras que de forma natural crecen en distintos ecosistemas: tajinaste blanco (Echium decaisnei), salvia morisca (Salvia canariensis), guaydil (Convolvulus floridus), granadillo (Hypericum canariense), retama blanca (Retama rhodorhizoides), mato risco (Lavandula canariensis), alhelí (Erisymum albescens) y jarón (Cistus symphytifolius).
Repoblación con monteverde
Completan la repoblación numerosas coníferas (pinaceas (pinos, abetos y cedros) y cipreses (cupressus, thuja)) y caducifolias: fagaceas (hayas, robles, encinas, castaños,...), ulmaceas (olmos), nogal (Juglans regia), guindo (Prunus cerasus) y otras.
De las exóticas, muchas no soportaron el trasplante y otras han ido muriendo por no estar adaptadas a las condiciones climáticas, a lo que se suma la falta de atención durante algunos periodos.
viernes, 31 de julio de 2009
Punta de Las Arenas
El lagarto canarión (Gallotia sthelini) y el perenquén (Tarentola delalandii) son los dos reptiles conocidos; ratones (Mus musculus), ratas (Rattus rattus), conejos (Oryctolagus cuniculus) y cabras asilvestradas (Capra hircus ssp) son responsables de predación sobre huevos y pollos de distintas especies de aves o herbivorismo sobre plantas.
martes, 19 de mayo de 2009
Barranco de Los Palos Blancos
martes, 12 de mayo de 2009
Ganoba
Vista general de Ganoba
Ganoba es una de las montañas que coronan el macizo de Tamadaba. Las características del suelo son las mismas en cualquier punto, por tanto, la pluviometría, la temperatura y la insolación son los factores que determinan el tipo de vegetación.
Hace pocas décadas gran superficie de lo que hoy conocemos como pinar de Tamadaba estaba deforestada. Gracias al microclima de las diferentes zonas y a los contados ejemplares de diferentes especies que escaparon a la tala podemos hacernos una idea de la potencialidad vegetal de Ganoba.
En la zona de influencia del alisio se dan las condiciones para el desarrollo del monteverde, que en las cotas más altas pasa a mezclarse con el pinar, al soco de los vientos la vegetación es de pinar seco con algunos brezos. Crecen de forma natural saos (Salix canariensis), fayas (Myrica faya), acebiños (Ilex canariensis), brezos (Erica arborea), follaos (Viburnum tinus rigidum), escobones (Chamaecytisus proliferus), laureles (Laurus novocanariensis) y pinos (Pinus canariensis). Polémica es la presencia del olivillo (Phyllirea angustifolia) y el sanguino (Rhamnus glandulosa), ya que debido al tradicional tráfico de especies en la isla es difícil determinar si son nativas.
Jarones (Cistus symphytifolius), jaras (Cistus monspeliensis), granadillos (Hypericum canariense), cruzadillas (Hypericum reflexum), poleos (Bistropogon origanifolius), distintos tomillos (Micromeria benthamii, Micromeria lanata y el tomillo de Tamadaba (Micromeria pineolens)), rosales (Rosa canina), zarzas (Rubus bollei), verodes (Kleinia neriifolia), balillos (Sonchus leptocephalus), bejeques (Aeonium simsii, Aeonium percarneum), coranzoncillos (Lotus spartioides), planta únicamente natural de Tamadaba, gamonas (Asphodelus aestivus), lechugones (Sonchus acaulis, Sonchus congestus), jacintos (Dipcadi serotinum), cerrillos (Hyparrhenia hirta) y helechos como la batatilla (Davallia canariensis) o Pteridium aquilinum conforman el sotobosque. Además son propios de Ganoba líquenes del género Usnea y numerosas especies de hongos y musgos.
Corazoncillo de Tamababa (Lotus spartioides)
La cresta de gallo (Isoplexis isabelliana) fue introducida hace décadas; la vinagrera (Rumex lunaria), el incienso (Artemisia canariensis), la altabaca (Dittrichia viscosa), y el marrubio (Marrubium vulgare) son especies probablemente llegadas de la mano del hombre a las zonas más degradas y en el entorno de las casas forestales se ajardinó en el pasado con plantas extranjeras.
Hace semanas se corrigieron las marras fruto de una repoblación tardía (diciembre-enero) y desafortunada (por la falta de lluvias) de la temporada pasada; entre especies de monterverde y cedros se plantaron olmos (Ulmus minor), una especie foránea, no parece muy lógico que en una de las pocas áreas relativamente conservadas y que mejor perspectiva ofrece para naturalizar el paisaje se plante esta especie.
La fauna está representada mayoritariamente por invertebrados, varias especies endémicas del pinar.
Nidal de pico picapinos (Dendrocopos major)
Aves que hacen vida en la montaña son el aguililla (Buteo buteo insularum), el cuervo (Corvus corax tingitanus), el tagarote (Falco pelegrinoides), el gavilán (Accipiter nisus granti), el cernícalo (Falco tinnunculus canariensis), la perdiz roja (Alectoris rufaintercedens), la paloma bravía (Columba livia canariensis), la tórtola común (Streptopelia turtur), el pico picapinos (Dendrocopos major thanneri), el mirlo (Turdus merula cabrerae), el vencejo unicolor (Apus unicolor), el pinzón común (Fringilla coelebs), el canario (Serinus canaria), el bisbita caminero (Anthus berthelotii), el petirrojo (Erithacus rubecula superbus), el herrerillo o quesero(Parus teneriffae), el hornero o mosquitero (Phylloscopus collybita canariensis) y algunas otras que de manera puntual hacen acto de presencia.
Las cabras (Capra hircus), los gatos (Felix catus), los conejos (Oryctolagus cuniculus), las ratas (Rattus rattus), los ratones (Mus musculus) y las musarañas (Crocidura russula) son mamíferos introducidos por el hombre. El murciélago montañero (Hypsugo savii) es el único animal nativo de este grupo.
El lagarto de Gran Canaria (Gallotia sthelinii) y el perenquén (Tarentola boettgeri) representan los reptiles.
Musaraña, ratón hocicudo (Crocidura russula).
En el punto más alto de la montaña, Pico de La Bandera, se fabricó hace años una caseta, respetuosa con el entorno, destinada a la vigilancia contra incendios. Hace aproximadamente un año se inició la instalación de una torre de vigilancia metálica sobre una gran base de hormigón y piedras que hasta el momento ha provocado la tala de varios pinos. A día de hoy está a medio montar, los envases que se utilizaron para llevar hasta allí el material de construcción aparecen desparramados en medio del pinar, los cristales de las ventanas están rotos y sin colocar, los escombros productos de la obra continúan alrededor de la base y las herramientas (completamente oxidadas) siguen en el lugar. Para generar la energía que se empleará en la nueva torre se instaló un molino de viento (actualmente en el suelo a causa de la meteorología) que hace ruido e impacta a la vista.
jueves, 23 de abril de 2009
Lo Bello y Lo Bestia
Desde hace muchos años Gran Canaria sigue un módelo urbanístico desordenado y falto de armonía. La urbanización que se construye en Los Altos de San Gregorio, Las Palmas de Gran Canaria, es uno de los últimos ejemplos
A día de hoy, Los Altos de San Gregorio y San José del Álamo, en las medianías de Las Palmas de Gran Canaria, son dos de los pocos espacios que se mantienen ajenos al cemento dentro del municipio.
Está zona presenta buenas condiciones para el desarrollo del bosque "seco" de medianías (termófilo), prueba de ello son las númerosas especies de plantas propias de este ecosistema que de manera natural crecen en el lugar.
Acebuches (Olea europaea guanchica)
Pequeños acebuchales (Olea europaea guanchica) acompañados de cardones (Euphorbia canariensis), granadillos (Hypericum canariensis), tabaibas amargas (Euphorbia regis-jubae), cornicales (Periploca laevigata), esparragueras (Asparagus pastorianus), guaydiles (Convolvulus floridus), matos de riscos (Lavandula canariensis), verodes (Kleinia neriifolia) y tajinastes blancos (Echium decaisnei), entre otras, además de numerosas herbáceas conforman la flora.
A este valor se le añade la presencia de animales como el lagarto de Gran Canaria (Gallotia sthelini), garza real(Ardea cinerea), polla de agua(Gallinula chloropus), focha (Fulica atra), avetorillo (Ixobrychus minutus), aguililla (Buteo buteo insularum), cernícalo (Falco tinnunculus canariensis), perdiz roja (Alectoris rufa intercedens), alcaraván (Burhinus oedicnemus), paloma bravía (Columba livia), mirlo (Turdus merula cabrerae), canario (Serinus canaria), triguero (Miliaria calandria), gorrión chillón (Petronia petronia), mosquitero u hornero (Phylloscopus collybita canariensis), bisbita caminero (Anthus berthelotii), herrerillo o quesero (Parus caeruleus teneriffae), etc.
Hay que sumar a esta lista un anfibio, la rana común (Rana perezii), invertebrados de muchas clases y varias especies de hongos.
Este ecosistema que se venía recuperando después de sufrir el deterioro consecuente de la tala con fines agrícolas y ganaderos en los siglos pasados se ve amenazado por el consumo del territorio producto del exceso de población que "soporta" Canarias. Las urbanizaciones de Ciudad del campo y Los Altos de San Gregorio han sustituido a acebuches, cardones, granadillos, ... y son foco de vertidos de todo tipo de basuras.
Urbanización en Los Altos de San Gregorio y Acebuchal-cardonal
viernes, 17 de abril de 2009
Valoraciones sobre el estado de conservación del barranco de Carmona
La agricultura y la ganadería son los tipos de aprovechamientos, conocidos, que desde más antiguo afectan al barranco. Todavía hoy es posible encontrar los muros de los antiguos huertos en los pies de riscos del cauce y es fácil deducir el uso maderero de especies como faya, brezo, tagasaste, gacia, acebiño, etc. por el crecimiento de las plantas, que presentan numerosos brotes de cepa. Este tipo de crecimiento no es natural y árboles que deberían superan la decena de metros forman una “maraña” poco transitable.
La mala gestión ganadera trae aparejado otro problema. Algunos ejemplares de cabras (Capra hircus ssp.) pastan libremente por Guelguen. Teniendo en cuenta las necesidades alimenticias de este herbívoro, es posible que algunas especies de plantas se estén viendo perjudicadas, hecho preocupante puesto que en la zona hay varios endemismos que se encuentran en una situación delicada.
Además de las cabras, en Carmona habitan gatos cimarrones (Felix catus ssp.) y ratas (Rattus rattus), mamíferos introducidos por el hombre que suponen un desequilibrio en las poblaciones de aves. En el caso de los gatos cimarrones porque directamente las cazan para alimentarse y en el de las ratas porque huevos y pollos jóvenes constituyen parte importante de su dieta.
Otro aprovechamiento, más reciente, es el hidráulico. De aquí radican varios cambios importantes en Carmona.
La construcción de la galería del Pinalejo provocó la construcción de una pista. Esta obra conlleva el arrase de gran cantidad de plantas y el movimiento de toneladas de tierra, lo que supone una importante perdida de masa vegetal que afectó a algunas especies con poblaciones de pocos individuos en el barranco, la modificación de algunas escorrentías, el aumento de la erosión y la aparición de una vía de acceso rápida para especies impropias de la zona, algunas de ellas con carácter invasor (Ageratina riparia, Ageratina adenophora, Vinca major, etc.).
De la galería han salido miles de m3 de escombros que se acumulan bajo el caidero de agua donde mismo se está excavando. Esta temporada gran parte de este material fue arrastrado por el agua de lluvia en el mes de diciembre. La barranquera cambió por completo el aspecto del cauce, provocando que muchos metros por debajo de la entrada a la galería aparecieran todo tipo de residuos provenientes de la obra (restos del cableado para las cargas explosivas, hierros usados para el cribado de la tierra, cajas de tabaco, manchas de gasóleo, tuberías rotas etc.) y los troncos de árboles “machacados” en algunos casos y rotos en otros a causa del impacto de las piedras arrastradas, muchas de ellas desde la montaña de escombros.
Conjuntamente a la construcción se han instalado cuartos para el reparto del agua y una red de tuberías de varios cientos de metros.
Para la obra de los cuartos se hizo un desmonte en el margen oeste del cauce que supuso un impacto sobre la flora y el suelo. Además, se introdujeron materiales ajenos a la naturaleza del barranco, mayoritariamente cemento y metales. Por otro lado, las tuberías descienden por las laderas resaltando dentro de un paisaje bien conservado.
El barranquismo y el senderismo son dos actividades que provocan cambios en Carmona, insignificantes con respecto a los anteriores. Es inevitable que con el tránsito de personas se provoque algún daño a la flora o se moleste a la fauna. También hemos visto algún envoltorio de comida, colillas...
NOTAS DE INTERÉS
-El día 22 de diciembre de 2008, durante la primera visita a Carmona, escuchamos trigueros (Miliaria calandria), un ave muy escasa en La Palma. Fue en una zona agrícola, en lo alto del barranco, con abundancia de leguminosas herbáceas y arbustivas.
-Los días 22 de diciembre de 2008, durante la primera visita, y 13 de diciembre de 2008, durante la segunda, vimos un ejemplar de garbancera (Cicer canariensis) que en la tercera visita había sido arrastrada por la barranquera.
jueves, 9 de abril de 2009
Barranco de Carmona
Las plantas crecen en distintas zonas limitadas por muchos factores, entre ellos, la altitud, la temperatura, la humedad, la insolación, la orientación o el tipo de suelo.
PINAR DE TRANSICIÓN
Esta transición se produce en las zonas más altas de las laderas y en las cresterías del barranco. Los pinos canarios (Pinus canariensis) crecen con poca densidad y entremezclados con especies como la faya (Myrica faya), el brezo (Erica arborea), el acebiño (Ilex canariensis) o el laurel (Laurus novocanariensis).
A las especies arbóreas las acompañan plantas de porte arbustivo y subarbustivo, las más frecuentes son el amagante (Cistus simphytifolius), la jara (Cistus monspeliensis), los lechugones (Sonchus palmensis, Sonchus hierrensis), la capitana (Phyllis nobla)…
Las herbáceas son numerosas debido, sobretodo, a la introducción directa o indirecta por parte del hombre de nuevas especies en las zonas de cultivo próximas al barranco, además hay grupos de gacias (Teline stenopetala) y tagasastes (Chamaecytisus palmensis) plantados hace años con fines forrajeros.
LA PISTA Y SU ENTORNO
Desde la carretera que desciende hasta el Tablado a su paso junto al barranco comienza una pista que llega hasta la galería del Pinalejo, en el cauce. La obra alteró notablemente la vegetación y eso se evidencia con la aparición de especies de rápido asentamiento, como la vinagrera (Rumex lunaria), la bainena (Argyranthemum haouarytheum) el incienso (Artemisia canariensis) o el faro (Gonospermum canariensis), y muchas herbáceas o subarbustivas que requieren de mayor cantidad de luz como el geranio de Roberto (Geranium robertianum), (Pimpinella dendrotragium), el amor seco (Bidens pilosa), el tomillo-limón (Micromeria herphyllomorpha), el mastranto (Calaminta nepeta), tasaigo (Rubia fruticosa)…
Garbancera (Cicer canariensis), escasa en la isla
LADERAS
En las laderas del barranco crecen especies que no requieren suelos profundos pero que necesitan un buen grado de humedad y al mismo tiempo suficiente insolación. Son frecuentes las fayas, los brezos y los acebiños; de forma localizada hay ejemplares de palo blanco (Picconia excelsa) y barbuzano (Apollonias barbujana) y en los barranquillos con suficiente humedad crecen viñátigos (Persea indica). Los arbustos mejor representados son el follao (Viburnum tinus), la gacia y el poleo de monte (Bystropogon canariensis). La pata de gallo (Geranium canariense), el algaritofe (Cedronella canariensis), la yedra (Hedera helix canariensis), la cruzadilla (Hypericum reflexum), la malfurada (Hypericum grandifolium), (Scrophullaria smithii), o la estrelladera (Gesnouinia arborea) también habitan las laderas. En algunas zonas se ha hecho aprovechamiento de la vegetación por lo que el crecimiento de fayas y brezos, principalmente, es irregular.
EL CAUCE
Tiles, viñátigos, palos blancos y laureles son los árboles de mayor tamaño que hay en el barranco. Los mejores ejemplares los encontramos en el cauce, donde se establecen los suelos más profundos, producto de la erosión de las laderas, y las condiciones ambientales son de mucha humedad y escasa insolación. Común es la yedra, que aprovecha los árboles para subir en busca de luz, la estrelladera, la gibalbera (Semele androgyna), la zarza (Rubus palmensis), (Asparagus scoparius), muchas de las especies que crecen en las laderas y varios helechos, entre ellos, la píjara (Woodwardia radicans), el culantrillo (Adiantum capillus-veneris) o el helecho redondo (Adiantum reniforme).
En la zona baja, proximidades a la confluencia del barranco de Carmona con el de Fagundo, las especies propias de laurisilva se mezclan con las plantas más exigentes en agua del piso termófilo. Mocanes (Visnea mocanera), barbuzanos (Apollonias barbujana), y granadillos (Hypericum canariensis) son algunas de ellas.
RISCOS
La vegetación rupícola está representada por muchas especies en el barranco. Variando los requerimientos en cuanto a humedad las necesidades de cada una de ellas son similares, luminosidad, poco suelo y altura, su principal herramienta para escapar de los herbívoros.
Frecuentes son los bejeques (Aeonium holochrysum, Aeonium davidbramwellii, Aeonium palmense), (Aichryson laxum), el paniqueso (Lobularia canariensis), el cardo de risco (Carlina falcata) y varias especies de helecho entre ellas la batatilla (Davallia canariensis) y la tostonera (Adiantum reniforme). De forma esporádica hay poblaciones de col de risco (Crambe santosii).
Amanita muscaria, una de las muchas especies de hongos presentes en el barranco
FAUNA
El barranco tiene condiciones climáticas, orográficas, geográficas, geológicas, botánicas, etc. que dan lugar a un ecosistema único. La cercanía a la costa, la humedad ambiental, las fuertes pendientes o la textura del suelo, son algunos de los factores que condicionan el tipo de fauna. En Carmona habitan numerosas especies y subespecies endémicas del archipiélago.
AVES
La disponibilidad y tipo de alimento y lugares para la cría condicionan la presencia a las especies más adaptadas al ecosistema. Son muchas las familias representadas.
Hemos avistado las siguientes aves: las palomas rabiche (Columba junoniae), turqué (Columba bollii) y bravía (Columba livia), el pinzón común (Fringilla coelebs palmae), el petirrojo (Erithacus rubecula), el reyezuelo (Regulus regulus), el mosquitero (Philloscopus canariensis), el herrerillo (Parus caeruleus palmensis), el mirlo (Turdus merula), el cernícalo (Falco tinnunculus canariensis) y el aguililla (Buteo buteo insularum).
Además de estás, a través de las citas de otras personas, incluimos el gavilán (Accipiter nisus granti), el halcón tagarote (Falco pelegrinoides), el búho chico (Asio otus), la graja (Phyrrhocorax phyrrhocorax), la chocha perdiz (Scolopax rusticola), la curruca tomillera (Sylvia conspicillata), el capirote (Sylvia atricapilla), la curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala), el canario (Serinus canaria) y el pardillo (Acanthus cannabina).
La pardela pichoneta (Puffinus puffinus) está nidificando en el barranco del Capitán y es posible que lo haga en Carmona ya que se dan las condiciones.
MAMÍFEROS
Nosotros hemos constatado la presencia de la rata de campo (Rattus rattus) y el gato cimarrón (Felis catus). Según citan otros autores, en la zona habitan el murciélago de Madeira (Pipistrellus maderensis), el murciélago rabudo (Tadarida teniotis), el conejo (Oryctolagus cuniculus) y el ratón (Mus musculus). Excepto los murciélagos, todos ellos han sido introducidos en la isla por el hombre.
REPTILES
Es abundante el lagarto tizón (Gallotia galloti palmae) y hay citas para el perenquén (Tarentola delalandii).
INVERTEBRADOS
Existe poca información acerca de ellos, pero se puede afirmar que el norte de la isla es relativamente rico en endemismos canarios e insulares.
Algunos son: Insulivitrina solemi dentro del grupo de moluscos gasterópodos; artrópodos del género Porcellio; Enoplognatha sattleri, arácnido propio de la Macaronesia; Ameles limbata entre los dípteros y muchas otras especies, algunas por describir y otras por descubrir.
martes, 24 de marzo de 2009
Cubo de La Galga
La costa es abrupta y las especies mejor representadas son el cardón (Euphorbia canariensis), la tabaiba amarga (Euphorbia lamarckii) y la retama blanca (Retama rhodorhizoides), acompañadas otras especies arbustivas, entre ellas el cornical (Periploca laevigata), el tasaigo (Rubia fruticosa) y el cerrajón (Sonchus palmensis). De las herbáceas, la más abundante es el cerrillo (Hyparrhenia hirta).
La píjara (Woodwardia radicans) y Diplazium caudatum son dos especies de helechos propias de las zonas más húmedas y sombrías, mientras que la batatilla (Davallia canariensis) o Asplenium hemionitis crecen en riscos relativamente secos.
viernes, 13 de marzo de 2009
Tabaibales
Pollo de pardela (Calonectris diomedea borealis)
Tabaibales es el nombre que se le da a la rampa situada entre los barrancos de Mogán (al sur) y Veneguera (al norte) en Gran Canaria. La costa está marcada por los altos acantilados y el interior por los lomos y barrancos que descienden suavemente desde las medianías. En este territorio viven numerosas especies de plantas, aves, mamíferos e invertebrados.
Tanto la flora como la fauna de Tabaibales están adapatadas a condiciones climáticas marcadas por la irregularidad y torrencialidad de las precipitaciones, fuerte insolación o cambios bruscos de temperatura. Especial importancia tienen los acantilados costeros, donde nidifican especies como la pardela (Calonectris diomedea borealis), el petrel (Bulweria bulwerii) o el paíño pechialbo (Pelagodroma marina hypoleuca); además también crían o frecuentan la zona cernícalos (Falco tinnunculus canariensis), agulillas (Buteo buteo insularum), halcones tagarote (Falco pelegrinoides pelegrinoides), búhos chicos (Asio otus canariensis), lechuzas (Tyto alba alba),perdices rojas (Alectoris rufa intercedens), camineros (Anthus berthelotii berthelotii), mirlos (Turdus merula cabrerae), currucas cabecinegras (Sylvia melanocephala leucogastra), currucas tomilleras (Sylvia conspicillata orbitalis), mosquiteros (Phylloscopus collybita canariensis), vencejos unicolor (Apus unicolor), palomas bravía (Columba livia canariensis) y gaviotas patiamarillas (Larus michahellis).
Tabaibal dulce (Euphorbia balsamifera)
Otras aves como el canario (Serinus canaria) o la tórtola turca (Streptopelia dedecaocto decaocto), que no son propias de este ecosistema, habitan aquí debido a la existencia de un vivero que genera condiciones artificiales favorables para ellas. En lo referido a mamíferos, merodean por la zona gatos cimarrones (Felix catus), ratas (Rattus norvegicus), ratones ( Mus musculus) y es posible que lo haga alguna especie de murciélago.
Los invertebrados, como en todas las islas e islotes, son el grupo mejor representado. Endemismos canarios, grancanarios y de la localidad se benefician de la rica flora.
Respecto a la vegetación, en Tabaibales hay un cardonal-tabaibal, en general bien conservado, acompañado de muchas especies arbustivas y herbáceas. Como en otras comarcas del sur grancanario el cultivo de tomates ocupó buena parte del área, pero tras el abandono de esas parcelas la vegetación potencial se ha recuperado.
Las especies dominantes son la tabaiba dulce (Euphorbia balsamifera), que ocupa casi toda la rampa, y el cardón (Euphorbia canariensis), en menor medida pero con poblaciones de individuos de gran tamaño. Acompañando a estas plantas están los balos (Plocama pendula), los veroles (Senecio kleinia neriifolia), las aulagas (Launaea arborescens), espinos (Lycium intrincatum), esparragueras (Asparagus scoparius), Allagopappus vicosissimus, leña buena (Neochamaelea pulverulenta), Artemisia ramosa, cerrillo (Hyparrhenia hyrta), panasco (Agrostis castellana), etc., y algunas hierbas anuales, varias de ellas del género Beta.
Cardones (Euphorbia canariensis)
Hace años se construyó una carretera que va desde las cercanías al puerto de Mogán hasta el barranco de Veneguera. En torno a ella se ajardinó con especies mayoritariamente foráneas y algunas de ellas, la acacia de tres espinas o el terebinto (Schiunus terebinthifolius) por ejemplo, hoy ocupan superficies importantes en el cauce de algunos barranquillos.
miércoles, 11 de marzo de 2009
Crestería de La Caldera de Taburiente
Roque de Los Muchachos, 1426 m.
Durante mucho tiempo, esta zona de la isla fue utilizada para pastoreo y todas estas plantas estuvieron sometidas a la presión del ganado. Todavía hoy pastan en las cumbres los arruís, un herbívoro pariente de la cabra introducido en el pasado siglo con fines cinegéticos. Por suerte, el impacto sobre la vegetación es mucho menor, y las poblaciones de las especies propias de la zona están recuperándose.
Retamón (Genista benehoavensis)
El pinar llega prácticamente hasta las máximas altitudes, pero son las especies arbustivas las que mayor diversidad presentan. De no ser por el abandono de la ganadería, varias de ellas probablemente estarían extintas.
Retamones (Genista benehoavensis), bencomias (Bencomia exstipulata), tajinastes azules (Echium gentianoides), violetas (Viola palmensis) y hierba pajonera (Descurainia gilva) únicamente viven de forma natural en las cumbres palmeras. Otras especies propias de la isla se han ido adaptando a las duras condiciones climáticas, de forma que se diferencian como subespecies, es el caso del codeso (Adenocarpus viscosus spartioides), tagasaste (Chamaecytisus palmensis calderae), gacia plateada (Teline stenopetala sericea) y tajinaste rosa (Echium wildpretii trichosiphon). Además, hay endemismos compartidos con Tenerife, Gran Canaria o el Hierro, estos son el cabezote (Cheirolophus teydis), el alhelí (Erysimum scoparium), otra hierba pajonera (Descurainia bourgeana), la hierba tonática (Nepeta teydea), la retama (Spartocytisus supranubius), la crespa o pinillo (Plantago webbii), la mazorrilla (Arrhenatherum calderae) y Cerastium sventenii.
Cedro (Juniperus cedrus)
El cedro es el árbol natural de Canarias que a más altura es capaz de crecer; al igual que las especies arbustivas ha sufrido una fuerte regresión a causa de lo provechosa que resulta su madera para el humano, a pesar de esto todavía podemos ver algunas poblaciones saludables de cedro en la crestería de Taburiente.
sábado, 28 de febrero de 2009
Hielo en las cumbres
Barranco de Tejeda
Sendero del Paso de La Plata
Está siendo un invierno bastante frío. De nuevo hay hielo en las cumbres de La Palma, Tenerife y Gran Canaria. Estas imágenes son de la cumbre grancanaria.
lunes, 16 de febrero de 2009
Isla de Lobos
Saladar de Las Playitas
El ecosistema es totalmente costero, caracterizándose el interior de la isla por la presencia de tabaibas dulces (Euphorbia balsamifera) y la costa por representar los saladares mejor conservados del archipiélago. Es en los saladares donde viven la siempreviva de Lobos (Limonium ovalifolium), endemismo de la isla, y Limonium tuberculatum, otra siempreviva endémica de las islas orientales, aunque extinta y reintroducida en Gran Canaria. Con ellas conviven muchas especies, la uva costera (Zygophyllum fontanesii), los balancones (Traganum moquinii), lengua de pájaro (Polycarpaea nivea), saladillo (Atriplex glauca), Chenoleoides tomentosa, tomillo costero (Frankenia capitata), mato salado (Arthrocnemum fruticosum), Sarcocornia perennis, Halimione portulacoides y otras especies adaptadas a la alta salinidad y estrés hídico. Además, a esta amplia lista hay que sumar un buen número de especies vegetales propias de los fondos marinos.
Siempreviva de Lobos (Limonium ovalifolium)
El nombre de la isla se debe a que en un pasado no muy lejano hubo varias colonias de lobo marino, también conocido como foca monje, hoy en día extintos a manos del hombre. Por suerte, la isla es un lugar importante para aves nidificantes y migrantes; hasta hace algunos años crió una pareja de guinchos (Pandion haliaetus) y actualmente lo hacen la pardela cenicienta (Calonectris diomedea), el paíño pechialbo (Pelagodroma marina), el petrel de Bulwer (Bulweria bulwerii), el charrán (Sterna hirundo), el bisbita caminero (Anthus berthelotii)y algunas otras. El halcón Tagarote (Falco pelegrinoides), la hubara (Chlamidotys undulata fuerteventurae), la ganga (Pterocles orientalis) , el corredor (Cursorius cursor), el correlimos tridáctilo (Calidris alba), el zarapito trinador (Numenius phaeopus), el chorlitejo chico (Charadrius dubius), etc. también se acercan al islote en determinadas épocas. Bajo el agua, viejas (Sparisoma cretense), sargos (Diplodus spp.), bicudas (Venerupis aurea), gallos (Nematistius pectoralis) ..., invertebrados marinos y ocasionalmente delfines (Tursiops truncatus) incrementan la biodiversidad de Lobos.
viernes, 6 de febrero de 2009
Nieve en las islas
jueves, 29 de enero de 2009
Amurga
El clima de la zona está marcado por los grandes cambios de temperatura, la irregular pluviometría y la alta insolación.
La vegetación se caracteriza por la presencia de un cardonal-tabaibal relativamente conservado, que en zonas bajas comparte territorio con especies del piso basal y en medianías se entremezcla con plantas propias del termófilo. En los cantiles de la zona alta crecen algunas sabinas, escasas en la isla, y en los barrancos hay varios palmerales; en las rampas, cardones (Euphorbia canariensis) y tabaibas amargas (Euphorbia regis-jubae)son las especies mejores representadas. En función de la altura, la orientación, el suelo y otros factores se acompañan de diferentes especies arbustivas o subarbustivas como cardoncillos (ceropegia fusca), romero marino (Campylanthus salsoloides), cornical (Periploca laevigata), verol (Kleinia neriifolia), espino (Lycium intrincatum), aulaga (Launaea arborescens), matorrisco (Lavandula canariensis), leñabuena (Neochamaelea pulverulenta), tajinaste blanco(Echium decaisnei), tajinaste del sur (Echium onosmifolium), tabaiba dulce (Euphorbia balsamifera), tasaigo (Rubia fruticosa), balo (Plocama pendula), hierba pajonera (Descurainia preauxiana), cruzadilla (Hypericum reflexum), duraznillo (Ceballosia fruticosa), botón (Nauplius stenophyllus)... En los riscos encontramos bejeques (Aeonium percarneum), cardo de risco (Carlina canariensis) y un endemismo de la isla con localizaciones muy puntuales (Chrysoprenanthes pendula). Las herbáceas son muy diversas, el cerrillo (Hyparrhenia hirta) forma pastizales más o menos densos en algunos llanos y muchas de las especies son anuales que aparecen de manera fugaz con las lluvias, un ejemplo, la gamona (Asphodelus aestivus).
Las cabras (Capra hircus), conejos (Oryctolagus cuniculus), erizos (Atelerix algirus) (las tres especies introducidas por el hombre) y probablemente el murciélago montañero (Hypsugo savii), completan la lista de mamíferos conocidos.
Todo no va bien en Amurga, en la zona baja, cerca de los núcleos de población, son muchos los vertidos de escombros y basuras. La falta de control a el ganado está ocasionando una presión excesiva sobre algunas especies de flora y aves (aquellas que nidifican en el suelo), varias plantas introducidas, de caracter invasor, comienzan a proliferar, una de ellas el rabo de gato (Pennisetum setaceum). Lo más pésimo y notable, el paisaje de plástico y hormigón que hemos creado en la costa, resta valor no sólo a los lugares afectados por la construcción sino a todos los rincones desde donde se pueda ver.