viernes, 2 de diciembre de 2011

Barranco de Las Palmas

Cauce abierto y ancho en la parte baja del Barranco de Las Palmas

Durante millones de años, los agentes meteorológicos han labrado un paisaje único en la mitad este de Gran Canaria, primero, dividiendo con la formación de grandes barrancos- Fataga, Tirajana, Guayadeque, Telde y Guiniguada- las rampas que descendían desde la cumbre al mar, y luego, esculpiendo otros de menor tamaño dentro de cada uno de los macizos resultantes - Amurga y las Rampas de Agüimes, Ingenio, Telde y Las Palmas-

El hombre ha ido dando nombres a muchos de estos elementos. El barranco de Las Palmas, situado en el margen norte de Amurga, es uno más de tantos rincones singulares en Canarias. Nace en el Alto de Amurga para morir en Juncalillo del Sur y en conjunto se caracteriza por su clima: seco con altas temperaturas, fuerte insolación y lluvias torrenciales en las estaciones de otoño e invierno, y su geología basáltica.

Pero cada uno de los tramos del barranco tiene sus peculiaridades. La desembocadura está dentro de las llanuras sedimentarias del sureste, producto de los materiales que van bajando por el cauce de los grandes barrancos. Esta plataforma es, y debió serlo en mayor medida antes de ser ocupada por el humano, un lugar idóneo para el descanso y alimentación de las aves migratorias. Aquí la vegetación está dominada por el balo (Plocama pendula) que, gracias a sus profundas raíces, es capaz de captar la humedad casi permanente que hay bajo metros de grava y cantos rodados; también viven tarajales (Tamarix canariensis), espinos (Lycium intrincatum), tabaibas dulces y amargas (Euphorbia balsamifera y regis-jubae), veroles (Kleinia neriifolia), aulagas (Launaea arborescens), tajinastes blancos (Echium decaisnei), cerrillos (Hyparrhenia hirta) y especies introducidas por el hombre como el tabaco moro (Nicotiana glauca), la tunera india (Opuntia dilenii) o Datura stramonium. La lista de aves es muy grande ya que, como se mencionó anteriormente, es una zona importante para el descanso migratorio; destacable es la concentración invernal de garzas reales (Ardea cinerea), garcetas (Egretta garcetta) e incluso cigüeñas (Ciconia ciconia) y otras grandes migradoras. También es abundante la presencia de limícolas y aves costeras en el litoral y los embalses artificiales.

Saltamontes narigudo (Truxalis nasuta). Los invertebrados, siempre presentes. 

En el tramo medio, donde el cauce sigue siendo ancho pero empieza a encajonarse primeramente entre laderas suaves y más tarde entre riscos y peñones verticales, los grandes cardones (Euphorbia canariensis) y las palmas (Phoenix canariensis) que dan nombre al barranco, son los elementos vegetales más destacados. El palmar ocupa parte del cauce y un tramo de la loma sur al que antiguamente se le dio uso agrícola, una vez abandonados los cultivos algunas de las palmas han ido muriendo, ya que su acceso al agua  estaba ligado al riego de la tierra. Rudas (Ruta oreojasme), damas (Parolinia ornata), Prenanthes pendula, matorriscos (Lavandula minutolii) y cornicales (Periploca laevigata) son algunas de las especies acompañantes. 
En esta zona hay varios pozos, y alguno de ellos es trampa mortal, año tras año, para los pollos de pardela cenicienta (Calonectris diomedea borealis) nacidos en una pequeña colonia que hay en la zona. Los paredones inaccesibles que convierten el barranco en un pequeño cañón son lugar de reproducción de aguilillas (Buteo buteo insularum), cernícalos (Falco tinunculus canariensis) y posiblemente otras rapaces como el halcón de Berbería (Falco peregrinus pelegrinoides) o la lechuza (Tyto alba); además, alcaravanes (Burhinus oedicnemus distinctus), palomas (Columba livia canariensis), alcaudones (Lanius meridionalis), canarios (Serinus canaria), queseros (Cyanistes teneriffae hedwiggii), camineros (Anthus berthelotii), horneros (Phylloscopus canariensis), currucas tomilleras (Sylvia conspicilliata), y otros, habitan en el lugar. El murciélago montañero (Hypsugo savi), presente en casi toda la isla, es el único mamífero nativo que se conoce, aquí encuentra refugio en grietas y oquedades.

El palmar que da nombre al barranco

Acercándonos a El Alto, el cambio más significativo es el mayor tamaño de las plantas, propiciado por las condiciones sombrías resultado del estrechamiento del cauce, y la aparición relictual de sabinas (Juniperus turbinata) y pinos (Pinus canariensis) centenarios engarapetados en lo alto de los riscos.

Amurga es un paraje con elementos únicos en el planeta que llaman la atención de cualquier visitante, por tanto es un recurso de valor incalculable. Lamentablemente es uno de los rincones peor tratados en Gran Canaria: vertederos, escombreras, canteras, plantas machacadoras, invernaderos (muchos de ellos abandonados), exceso de pistas y roderas, pastoreo incontrolado, mamíferos introducidos, tendidos eléctricos y aerogeneradores con impacto negativo sobre las aves y el paisaje, son solo algunas de las transformaciones que están causando el deterioro de este espacio. Pero por suerte cada vez se conoce más y mejor, y esto tiene que conducirnos a aprender de los errores, para aprovechar un privilegio endémico de Canarias y disfrutarlo en buenas condiciones.

jueves, 11 de agosto de 2011

Barranco del Andén

Es el nombre que recibe uno de los barrancos en la cabecera de la cuenca La Virgen-Azuaje, que nace en la cumbre exterior de la Caldera de Tejeda y muere en la costa de San Andrés.

Paisaje de las medianías del norte de Gran Canaria que, hace ya mucho tiempo, debió estar cubierto por un tupido bosque de lauráceas en el cauce, y por otras especies típicas del monteverde y el pinar en las laderas. La orientación y el relieve abrupto, unidos a la influencia de los alisios, hacen que el lugar sea húmedo y frescodurante la mayor parte del año.















Aspecto de uno de los reductos de laurisilva en el cauce

Actualmente las plantaciones de castañeros y otros frutales, los pinares artificiales de Pinus radiata, los reductos de monteverde, los bocaos (terrazas de cultivo) en su mayoría abandonados, las obras hidraúlicas y la pista de acceso al cauce caracterizan el lugar.

Grandes laureles (Laurus azorica) y viñátigos (Persea indica) son viejos testigos de un monte siempre verde y húmedo que ha ido perdiendo espacio, hasta casi desaparecer, debido a los usos que hemos ido haciendo del territorio. Estrelladeras (Gesnouinia arborea), bencomias (Bencomia caudata) malfuradas (Hypericum grandiflorum), cruzadillas (Hypericum reflexum), bicacareras (Canarina canariensis), pata de gallo (Geranium reuteri), hireba puntera (Aeonium arboreum), bejeques (Aeonium canariense virgineum), yedras(Hedera canariensis), zarzas (Rubus ulmifolius), helechos (Pteridium aquilinum, Adiantum reniforme, Adiantum capillus-veneris, Asplenium ceterach), y una gran variedad de musgos y líquenes no son tan longevos, pero son esp
ecies que nos hacen saber quienes dominaban el barranco. La malfurada de manantial (Hypericum coadunatum), la bella de risco (Scrophullaria calliantha) y la oreja de gato (Aeonium percarneum) son especies endémicas de la isla.

















Petirrojo, pechuguita (Erithacus rubecula superbus).
El aguililla (Buteo buteo insularum), el cernícalo (Falco tinnunculus canariensis), el gavilán (Accipiter nissus granti) y el búho chico (Asio otus) también viven en El Andén, atraídos entre otras cosas, por la rica diversidad de aves y los mamíferos introducidos que comparten este espacio "tan reducido". La paloma bravía (Columba livia canariensis), el mirlo (Turdus merula cabrerae), la alpispa (Motacilla cinerea canariensis) el pinzón común (Fringilla coelebs canariensis), el petirrojo (Erithacus rubecula superbus), el canario (Serinus canarius), el quesero (Cyanistes teneriffae hedwigi), el hornero (Phylloscopus canariensis) son algunas de las aves. Durante la primavera llegan, para criar, las tórtolas comunes (Streptopelia turtur) desde el norte de Europa.

El murciélago montañero (Hypsugo savii) es el único mamífero conocido que llegó por sus propios medios. Gato (Felis silvestris), rata campestre (Rattus rattus), ratón (Mus musculus) y musaraña (Crocidura russula) son mamíferos introducidos por el hombre.

Otro grupo presente es el de los reptiles, representado por el omnipresente lagarto de Gran Canaria (Gallotia stehlini), el perenquén (Tarentola boettgeri) y la lisa (Chalcides sexlineatus bistriatus). La ranita meridional (Hyla meridionalis) y la rana común (Pelophylax perezi) son las dos especies de anfibios que conviven en los lugares con mayor presencia de agua.

Los invertebrados, como en cualquier punto de las islas, son los que aportan mayor diversidad. En este rincón llama la atención el número de especies exclusivas del archipiélago, y algunas de la isla, asociadas a los lugares húmedos.























Cascada en medio de un rodal de laureles (Laurus azorica) y viñátigos (Persea indica).

Es bonito observar la capacidad que tienen las plantas del monteverde para recuperar lo que antaño fueron sus dominios. Conociendo, divulgando y respetando, seguramente, en un futuro no muy lejano podamos disfrutar de una superficie mucho mayor que la actual ocupada por este espectacular ecosistema.