viernes, 17 de abril de 2009

Valoraciones sobre el estado de conservación del barranco de Carmona

El ecosistema en el barranco de Carmona está relativamente conservado. Desde hace años se vienen realizando una serie de actividades que en mayor o menor medida han alterado la naturaleza del lugar.

La agricultura y la ganadería son los tipos de aprovechamientos, conocidos, que desde más antiguo afectan al barranco. Todavía hoy es posible encontrar los muros de los antiguos huertos en los pies de riscos del cauce y es fácil deducir el uso maderero de especies como faya, brezo, tagasaste, gacia, acebiño, etc. por el crecimiento de las plantas, que presentan numerosos brotes de cepa. Este tipo de crecimiento no es natural y árboles que deberían superan la decena de metros forman una “maraña” poco transitable.

La mala gestión ganadera trae aparejado otro problema. Algunos ejemplares de cabras (Capra hircus ssp.) pastan libremente por Guelguen. Teniendo en cuenta las necesidades alimenticias de este herbívoro, es posible que algunas especies de plantas se estén viendo perjudicadas, hecho preocupante puesto que en la zona hay varios endemismos que se encuentran en una situación delicada.

Además de las cabras, en Carmona habitan gatos cimarrones (Felix catus ssp.) y ratas (Rattus rattus), mamíferos introducidos por el hombre que suponen un desequilibrio en las poblaciones de aves. En el caso de los gatos cimarrones porque directamente las cazan para alimentarse y en el de las ratas porque huevos y pollos jóvenes constituyen parte importante de su dieta.

Otro aprovechamiento, más reciente, es el hidráulico. De aquí radican varios cambios importantes en Carmona.

La construcción de la galería del Pinalejo provocó la construcción de una pista. Esta obra conlleva el arrase de gran cantidad de plantas y el movimiento de toneladas de tierra, lo que supone una importante perdida de masa vegetal que afectó a algunas especies con poblaciones de pocos individuos en el barranco, la modificación de algunas escorrentías, el aumento de la erosión y la aparición de una vía de acceso rápida para especies impropias de la zona, algunas de ellas con carácter invasor (Ageratina riparia, Ageratina adenophora, Vinca major, etc.).

De la galería han salido miles de m3 de escombros que se acumulan bajo el caidero de agua donde mismo se está excavando. Esta temporada gran parte de este material fue arrastrado por el agua de lluvia en el mes de diciembre. La barranquera cambió por completo el aspecto del cauce, provocando que muchos metros por debajo de la entrada a la galería aparecieran todo tipo de residuos provenientes de la obra (restos del cableado para las cargas explosivas, hierros usados para el cribado de la tierra, cajas de tabaco, manchas de gasóleo, tuberías rotas etc.) y los troncos de árboles “machacados” en algunos casos y rotos en otros a causa del impacto de las piedras arrastradas, muchas de ellas desde la montaña de escombros.

Conjuntamente a la construcción se han instalado cuartos para el reparto del agua y una red de tuberías de varios cientos de metros.

Para la obra de los cuartos se hizo un desmonte en el margen oeste del cauce que supuso un impacto sobre la flora y el suelo. Además, se introdujeron materiales ajenos a la naturaleza del barranco, mayoritariamente cemento y metales. Por otro lado, las tuberías descienden por las laderas resaltando dentro de un paisaje bien conservado.

El barranquismo y el senderismo son dos actividades que provocan cambios en Carmona, insignificantes con respecto a los anteriores. Es inevitable que con el tránsito de personas se provoque algún daño a la flora o se moleste a la fauna. También hemos visto algún envoltorio de comida, colillas...


NOTAS DE INTERÉS


-El día 22 de diciembre de 2008, durante la primera visita a Carmona, escuchamos trigueros (Miliaria calandria), un ave muy escasa en La Palma. Fue en una zona agrícola, en lo alto del barranco, con abundancia de leguminosas herbáceas y arbustivas.

-Los días 22 de diciembre de 2008, durante la primera visita, y 13 de diciembre de 2008, durante la segunda, vimos un ejemplar de garbancera (Cicer canariensis) que en la tercera visita había sido arrastrada por la barranquera.

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